La extracción dental es uno de los tratamientos más comunes dentro del gran número de tratamientos odontológicos que existen.
No es extraño que alguna vez en la vida debamos acudir a la consulta con un dentista para la remoción de una pieza dental, y antes de ello, es importante saber los tipos de extracciones dentales y sus diferencias.
Extracción dental simple
La extracción dental simple es el procedimiento por el que se remueven los dientes que se encuentran visibles en la cavidad bucal.
Este procedimiento se puede hacer fácilmente en las consultas odontológicas, empleando anestésicos locales para no causar dolor al paciente y para adormecer la zona y trabajar tranquilamente.
Para extraer el diente, es necesario elevarlo para poder sujetar la porción visible, y para esto se utilizan elevadores y pinzas dentales. Mientras que el elevador afloja la pieza dental, las pinzas permiten manejarla.
A partir de allí, se desplaza el diente hacia adelante y atrás, repitiendo el movimiento hasta romper lo suficiente el ligamento periodontal, lo que permite aflojar la pieza del hueso alveolar y extraerla de forma limpia.
Es muy importante controlar la fuerza sobre el diente, ejerciendo presión constante con las pinzas.
Extracción dental quirúrgica
Una extracción dental quirúrgica, a diferencia de la anterior, consiste en remover las piezas dentales que no están expuestas en la boca, sea porque no se abrieron paso a través de la encía o porque se fracturaron bajo la línea gingival.
Cuando sucede esto, es menester una incisión en el tejido que rodea el diente. En este caso, se accede al diente para extraerlo a través de una incisión en el tejido que lo rodea.
Es posible elevar los tejidos blandos alrededor del diente, o bien utilizar un taladro o un osteótomo para cortar y remover parte del hueso maxilar contiguo. Muchas veces, es necesaria además la fragmentación de la pieza dental para completar la extracción.
Las cirugías de extracción dental son un procedimiento complejo y acarrean mucho dolor para el paciente.
Por ello, se realizan mayormente con anestesia general y de mano de un cirujano, en clínicas dentales de mayor complejidad. Sin embargo, hay dentistas generales que pueden desempeñarse en extracciones quirúrgicas.
Complicaciones de extracciones dentales
Si bien los procedimientos de extracción dental reducen significativamente el riesgo de sufrir infecciones, inflamación y dolor, ninguno está exento de riesgos, sobre todo luego del procedimiento.
Dentro de las complicaciones luego de una extracción dental se incluyen la inflamación del hueso por la pérdida antes de tiempo del coágulo luego de la extracción, el retraso de la cicatrización bajo cierta medicación e incluso la necrosis del hueso en pacientes que reciben radioterapia en la cabeza y cuello.
Asimismo, otra consecuencia de una extracción dental es el movimiento y desorden de las piezas dentales, resultando en daños a los dientes sanos y una alteración de la mordida del paciente.
Generalmente, si es posible se prioriza la extracción dental simple sobre la quirúrgica, ya que acarrea menos riesgos sobre todo posteriormente al tratamiento, pero aun así no es posible elegir el método de extracción.
Los métodos de extracción dental se eligen en base a la situación de la pieza dental al momento de la consulta, ya que para un diente que no se encuentra visible superficialmente, deberá emplearse necesariamente la extracción quirúrgica.
